(Parte I)
─ Aquí tienes muchacho, espero que te sirvan estos mil pesos mientras encuentras otro trabajo; el autolavado quebró y no se puedo hacer nada.
Así dio por terminada la relación laboral que tenía Don Manuel -dueño del autolavado “La concha”- con Cato, un joven de 20 años, muy trabajador, que entendió a la perfección el oficio de lavar autos. Algunos llegaron a decir que Cato estaba enamorado de los coches, y que por eso, los dejaba relucientes, como damas y caballeros listos para casarse.
A Cato le cayó de sorpresa el cierre del autolavado y no hizo más que agradecer a Don Manuel la confianza de ser parte de “La concha”; recibió el dinero y con la experiencia que ganó comenzó a lavar autos de forma independiente, pues la necesidad económica era latente: por un lado, sentía la necesidad de aportar a su familia y por otro, de mantener los gastos de su carrera profesional -Cato estudiaba para Médico Cirujano Dentista- así que no podía darse el lujo de seguir desempleado. Los fines de semana, Cato comenzó a lavar autos de algunos tíos, y poco a poco, también, los coches de los vecinos de sus tíos. Aunque Cato no se sostenía económicamente del todo con esos clientes, lo importante era generar y no parar.
Un día, de regreso a su casa, Cato iba dormitando en el autobús y en un súbito pestañeo alcanzó a divisar que se necesitaba empleado para una tienda 7-11, que ya abiertas, nunca cierran en el año. Como resorte, se incorporó y tocó el botón para bajarse en la próxima esquina. Efectivamente, había una vacante; tomó los datos, y al día siguiente, presentó una solicitud la cual fue aprobada y le dio derecho a una entrevista. Cato acudió acompañado de su carácter disciplinado y responsable, además, del don de gentes, que le hace hablar y hablar en una conversación cuando se siente exquisitamente a gusto. Los que han conocido a Cato en las reuniones dicen dos cosas: 1) cuando Cato toma el micrófono, no lo suelta, pero qué bueno que no lo suelta porque su conversación es agradable y se aprende mucho de ella 2) ¡No te vayas Cato!
Continuar con la historia… en ivoox
Segunda parte estará a la venta en versión digital, muy pronto (Amazon)
Un gusto pasar por tu blog, todavía no pude ver demasiado, pero todo lo que escuché me gustó mucho. Felicitaciones Jaime, ya me quedo por estos lados disfrutando tu trabajo. Gracias por compartirlo. Abrazo desde Buenos Aires, Argentina.
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Muchas gracias Mariana por pasarte, también por tus palabras, las valoro. Saludos y, continuamos.
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