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Breve biografía literaria:

Encinas Reales, Córdoba (1990)

Encuentro en la poesía la única forma de poner de acuerdo a todos los alter egos que viven en mi cabeza.

Disfruto de la música pausada para dar ritmo a mis versos.

Después de pasar varios años estudiando el vacío y sus partes, afronto la monotonía diaria del encorsetamiento de la programación y las distintas metodologías abandonándome al verso libre sin rimas forzadas.

En 2019 creé la plataforma cultural ‘Un cuaderno en blanco’ con la que busco crear un espacio abierto para crear y compartir literatura en particular y arte en general.

He publicado varios libros con los que intento colaborar en pequeñas causas para hacer del mundo un lugar mejor. Con Mi tiempo en tu reloj conseguí recaudar los fondos necesarios para completar un proyecto de vivienda en la India con la Fundación Vicente Ferrer.

Además de eso, también imparto varios talleres de escritura creativa y de poesía japonesa.

En 2020 creé una convocatoria anual que este año verá su tercera edición para que los poetas del todo el mundo pudiesen compartir sus obras en una antología gratuita para Navidad.

A finales de 2021 inicié un nuevo proyecto benéfico con el fin de promover el haiku: una serie de certámenes literarios inspirados en las estaciones. La primera antología benéfica, Aki no koe, a favor de la Asociación Española Contra el Cáncer, vio la luz bajo el sello de esta plataforma a comienzos de 2022. En noviembre de este mismo año, saldrá a la venta Himawari, la antología benéfica de la II edición de este certamen de haiku cuyos beneficios serán destinados a la Federación Española de Enfermedades Raras.

¿Quién es Antonio Jesús Ramírez Pedrosa?

Me considero una persona un tanto dispersa y soñadora. Siempre estoy pensando iniciativas que organizar, actividades que realizar para mover a más gente a participar. Me gusta sentir que cada pequeña acción que hago puede ayudar, aunque sea un poco, a mejorar la vida de alguien.

Me paso las horas creando, aunque la mayor parte de las veces no logre materializar nada.

Y a pesar de mi pasión por las letras y la creación artística, no puedo alejarme de mi otra parte lógica y analítica que disfruta con la tecnología.

Quizá, lo más difícil de esta pregunta es que, aun tras pensar en ella durante mucho tiempo, aún sigo sin saber muy bien quién soy.

¿Qué te llevó a comenzar este camino creativo?

Creo que uno de los culpables de que me interesara la literatura fue Emilio Salgari. En sus obras encontré una vía de escape y una forma increíble de dar rienda suelta a mi imaginación. De sus novelas di el salto a la poesía de la mano de Alberti y Salinas, siendo sus obras las que empezaron a formar mi propia voz.

También, este camino me ayuda a encontrar la mejor parte de mí, aunque a veces esa parte también sea la que más difícil me hace el día a día.

Desde entonces, no he parado de pensar en qué podría escribir, qué podría crear y qué podría compartir. Y eso me ha llevado a crear Un cuaderno en blanco y cada una de las iniciativas con las que busco que más gente se involucre en la ayuda a los demás.

¿Cuándo comenzó todo? ¿Lo recuerdas?

El primer recuerdo que tengo sobre una obra escrita por mi mismo es a los diez u once años. Entonces, escribí un poema sobre un saltamontes que lograba escapar de una rana y seguir con su vida. Era un trabajo para clase, y recuerdo que tras las burlas de algunos compañeros dejé la escritura aparcada durante años.

Con perspectiva, uno ve la realidad de forma distinta, y vuelve a lo que realmente le hace feliz. No puedo decir que escriba sin ningún tipo de inseguridad, pero sí escribo con la seguridad de que es lo que quiero hacer.

¿Cómo está siendo esta aventura?

Muy dura.
Como toda buena ventura, tiene que ser así.

Esta parte de mi vida me ha enseñado mucho más de lo que podría imaginar en un principio. Recuerdo las ideas ilusas de escribir y crear algo que pudiese llegar a convertirse en una obra reconocida, conocida y venida en varios países. Nada más lejos de la realidad…

Te encuentras con que tus primeros lectores son tus familiares más cercanos (con el tiempo ni ellos) y poco a poco (muy poco a poco) vas consiguiendo llegar más lejos. Con las redes sociales se tiene una falsa sensación de que lo que uno hace, gusta. Ahora mismo vivimos en una época en la que es difícil que se reconozca el trabajo de nadie, y eso dificulta que muchas y muchos autores con los que colaboro puedan mostrar su verdadero talento.

He trabajado durante años por hacer que mis obras lleguen lejos. Ahora, además de eso, trabajo para que las obras de muchos compañeros y compañeras también sean conocidas. Y siempre, siempre, se hace muy difícil.

Pero acepto el reto.

¿Dónde podemos encontrarte?

El sitio en el que podéis encontrar información sobre todo lo que hago y escribo es https://uncuadernoenblanco.com.

También podéis encontrarme en plataformas como Facebook e Instagram si buscáis la cuenta de Un cuaderno en blanco.

Además de eso, también podrás encontrar mis publicaciones en La senda del haiku, también en Facebook e Instagram.

Sin más, lectora, lector, me despido de ti deseándote un muy feliz día y agradeciéndote enormemente que hayas decidido pasar este tiempo conociéndome un poco mejor.

¡Felices lecturas!