Poesía

La poesía es uno de los lenguajes de nuestro drama existencial. En él vemos fusionados el pensamiento y las emociones. Simbiosis necesaria del Ser humano. El pensamiento por sí mismo no puede existir, al menos que haya un sentir que le evoque imágenes y las transforme en símbolos. La emoción necesita de su intérprete para existir, el pensamiento.

En este espacio, las letras se liberan en la poesía, para emprender un viaje donde no hay destino, sino experiencias por vivir. Cada fragmento es una experiencia narrada por un conjunto de letras que viajan por el océano de las emociones.

Les recomendamos leer a nuestros(as) amigos(as) poetas españoles: Laura Muñoz Amarillo, Marc. J. Mellado, Antonio J. Ramírez, Ana Luz, la Luz de Ana

AUTORÍA

Prefiero no leer ese verso.
Cerrar el poemario
y soñar por mi mismo,
vaciar mi presente
y entregarme al
sonido de mis emociones.

No quiero seguir
el guión de Benedetti.
Quiero escribirte sin paternidad,
a la luz de una tarde sin sol,
con un cielo al borde del llanto.

Te escribiré con el alma descalza,
sin protección,
para sentirte en mis letras
y hacerte venir por las noches
en mis sueños.

Deseo ser yo
quien te transforme en poesía.
Anhelo ser el autor de tus lienzos
para encantar tus alas por siempre.

Quiero ser yo.

20/JULIO/2020

LAS TARDES

Todavía está en las tardes, tu llegada a casa, después de la jornada.
El motor de tu camioneta, y  a veces el claxon, avisando que ya has llegado.

Puedo voltear hacia la puerta de la casa
y ver tu imagen ingresando: el sombrero, la playera blanca y el pantalón color café.

Las tardes que alguna vez compartimos, estaban selladas con acompañamiento paternal.
Ver un partido de fut bol en la televisión, esperar la cocción de unas semillas de calabaza,
disfrutar de los elotes en agosto y septiembre, volvían los instantes únicos. Familiares.

No había mucha plática. Era simplemente compartir la tarde, disfrutar el final del día.

Nunca vi el cansancio en tu cuerpo.
Llegar a casa, era hacer otras actividades, no caer en un estado totalmente sedentario.
Era frecuente, sentir tu necesidad de darnos compañía y que estuviéramos contentos.
Después de mis 30, era muy agradable que nos compraras unas cervezas, botana o refresco.

Llegaba la hora de la cena y era común verte bañado, 
peinado y perfumado tomando tus alimentos en la barra de la cocina.

Ya, un poquito noche, tu televisión encendida
era señal de que ya estabas acostado, reponiendo energías
para regresar a la jornada del día siguiente.

Hoy, es otra tarde que no comparto contigo.
Un poema abre tu recuerdo
y la tarde de este día, me insiste nuevamente,
que hace tiempo que partiste y no regresarás.

Te extraño en el viento 
que no puedo atrapar
y conservar para siempre.

Te extraño en las horas que terminan pronto,
y no alargan más sus minutos.

Te extraño en el sol que se oculta cuando tiene que hacerlo,
y no hay nada que hacer.

Te extraño en la lluvia, que refresca dos parcelas con maíz,
porque sé que ninguna cosecha será igual.

Te extraño en el canto de las golondrinas,
porque sé que son libres
y que no cantarán cuando yo lo diga.

Te extraño en ese rancho que dejaste,
porque sé que muchos ya lo han dejado para no regresar.

Te extraño en la familia
porque sé que no volveremos a estar completos.

Te extraño en ese último abrazo. Papá. 

DUELO

Es mejor tomar la retirada
cuando las velas están rotas
y el mar se ha secado.

Recorrí 20 mil leguas
como lo hizo el capitán Nemo
pero no fue suficiente.

Me aferré al sueño
de pescar cientos de Mobi-Dick
aún sabiendo que perseguía un fantasma.
Y ahora, el corazón anhela el regreso.

No hay la tierra firme que Colón gritó.
Ni la fuente de eterna juventud
que Sparrow descubrió.
Sólo aves que vienen y se van
y las horas que matan el tiempo
a cada segundo.

Será mejor regresar con los míos,
los vivos, que necesitan mi navío.
Y dejar que los muertos entierren
a sus muertos.

4/Sep/2020

LA LLUVIA

Un cielo de julio estaba sobre nosotros.
Las nubes, de un gris oscuro,
nos prevenían de la inminente lluvia.

En frente de nosotros, un lago silencioso,
rodeado de basta vegetación
y una cabaña que expulsaba humo de su chimenea.

Elegimos esa tarde, ese lugar
para estar el uno con el otro:
mirarnos sin futuro, ni pasado,
tocar nuestras manos sin prisa,
hablar sin importar los acuerdos,
reírnos y compartir la espontaneidad.

Llegó la lluvia y borró un tanto la apariencia.
Vi que no supiste que hacer:
si guardar los aperitivos o besarme entre la lluvia.
Yo también me vi sorprendido:
o levantaba la sábana en la que nos sentamos,
que ya estaba mojada,
o te acercaba junto a mí para protegerte de la lluvia.

Al mismo tiempo, nos sentamos y echamos a reír.
Nos pusimos uno al lado del otro y solo disfrutamos la lluvia.
Aquel día, aquella tarde, aquel sitio, aquel lago, ya nos pertenecía.
Ambos lo sabíamos cuando nos abrazamos.

La lluvia cesó y comenzamos a guardar las cosas.
Me pediste guardar el momento con una fotografía
y yo sonreí.

EL BOSQUE

Eran las cinco de la tarde.

Sentí un inesperado impulso por salir a hacer una caminata.

Era noviembre y el clima frío

 
Crucé la carretera y me dirigí al bosque.
Había algo en mí que necesitaba soledad.
No tomé ningún sendero,
preferí experimentar y diseñar mi ruta.
 
De inmediato, sentí la sombra de los árboles y
mi pensamiento comenzó a vagar sin sentido.
No lo detuve. Dejé fluir el azar y lo inesperado.
 
Cuando había recorrido cerca de un kilómetro,
divisé a unos 50 metros una pequeña plazoleta.
Me sorprendí.
Al acercarme por completo vi que había dos bancas rústicas
de madera vieja, ancladas a en un antiguo piso de ladrillo
 
Pero esto no fue lo que me sorprendió.
En una de las bancas estabas tú,
leyendo al viejo Jaime Sabines
en la segunda estrofa de los amorosos.
 
Mi llegada sorprendió tu lectura
y súbitamente cerraste el libro
para voltear sobre tu hombro derecho
y descubrir que era yo. Otro caminante ensimismado.
 
Intercambiamos saludos y nos preguntamos ¿qué hacíamos ahí?
Soy un pensador libre -dije-.  Me sumerjo en el vino de la poesía
y ya embriagado, escribo sin la locura humana.
Yo vengo a este sitio recurrentemente a encontrarme con los poetas.
En la intimidad de este bosque,
sus estrofas me enseñan del amor, la belleza y libertad.
 
Nos encontramos en una mirada profunda y sonreímos.
Eran después de las 6 de la tarde
cuando supe aquel día que no había salido a caminar
sino a encontrarte.

ANSIEDAD

Hoy no escribo para una idea.
Presiono el bolígrafo
para exprimirle un acento,
o un punto y coma que me haga parar.
A veces, las letras de la vida no cesan.

Se vuelven una paranoia sofocante.

A veces, las palabras no riman

y desespera encontrar sintonía.

Un río de palabras perdidas se oye.

Un montón de versos sin papel resuenan.

Mil renglones tachados retumban mis sentidos

y un puñado de hojas se enciende por la inutilidad.

Vivo bajo una tormenta de letras.

Letras tan densas, que borran el camino.

Pronto estaré sumergido en un pantano,

cubierto con mis propias letras.

En este episodio de mi vida,

nublado por un discurso ansioso,

sin salida y abrumador,

lo único que necesito es

sentarme, respirar y aprender a vivir con mis letras.

2 JULIO 2021

Rebelde

Ayer recordé tu fortaleza,

esa que me permitió ver tu silueta

bajo una lluvia negra

que no cesó en dos años.

Te aferraste a la vida
como jamás había visto.
Luchaste contra un demonio
que día y noche acechaba tu alma.

¿Qué tipo de hombre fuiste?

Para mí, un ser que nació sin un futuro afortunado

pero con ánimo violento

para revelarse al destino.

Fuiste un hombre que dibujaba el mañana

con una sonrisa positiva y un ingenio feroz.

El hombre que no vivió sin fe

y que construía sueños con la tierra de lo imposible

y cemento del para siempre.

Maña te recordaré otra vez.

Papá, ¡llegamos a cien entradas!

Miedo

En la cima de mis rivales
está el miedo.
Ese que se asoma en la sorpresa
y me hace sentir enano.

Saco todas mis armas para vencerlo, 
sin embargo, 
es tan grande 
como  el adversario del Quijote.

Vivo la lucha 
que algún día escribió mi mente
cuando estaba distraído. 
Entonces, sin dar mi consentimiento, 
el sabor de la adrenalina 
se tornó amargo y amenazante
como un veneno que extingue la vida.

El miedo, mi más grande enemigo, 
me espera cuando intento subir. 
Ataca si oso ir más allá
y pausa el futuro que quiero vivir. 

Usaré la lógica de un ajedrecista, 
la tenacidad de Holmes, 
la mente de las 
infinitas posibilidades del hacker 
y la sabiduría 
del maestro Zen para vencer.

El miedo, será 
el vino que tomaré 
cuando esté en las cimas. 
Lo desterraré de mi cuerpo
y haré fogatas con él
para cocinar futuros sin límites.

El miedo, mi miedo:
una jugada que trazó mi mente
quien sabe para qué.

El miedo, quien sabe qué seríamos sin él.

CORAZÓN VALIENTE

Un río de llanto se ha desbordado.

La pena, el desconsuelo,

y el sinsentido están a mi lado.

Los minutos pasan

por la amargura de la muerte.

En las horas,

entra una soledad fría,

irreconocible.

Mil recuerdos

veneran tu ausencia

mientras el amor y el cariño

te buscan desesperados por abrazarte.

Tu luz se ha apagado

entre tu sueño.

Ahora, ángel nuestro,

ilumina los pasos

de los que diste vida,

de los que te conocimos,

admiramos y respetamos.

Es momento de dejarte partir

junto a tus ángeles

y nuestro Padre Dios.

Mi amiga, cuñada, comadre y compañera de trabajo,

hasta pronto.

QEPD

Rocío Esmeralda Aceves Gradilla (agosto 17, 2021)

Sonrió

En un principio,

el creador reunió a la familia.

Les dio la oportunidad amorosa

de vivir intensamente una vida terrenal

de lágrimas y sonrisas.

En el tiempo sin tiempo de Él,

Muchos regresarán

a estar con los llorados, extrañados

y olvidados.

Se dice que allá es distinto,

que no hay humanidad

y que descansaremos en paz

del viaje terrenal.

Los míos, poco a poco regresan.

Ayer, mi tía Marina partió.

Se fue en una mañana de rancho,

de su querido San Agustín.

Él, despertó su sueño

y como una niña que ve el regreso de su padre,

sonrió, sujetó la mano de Él

y caminó a los días sin días,

al regazo de sus padres

y al abrazo de Ramón y Lupe.

QEPD Marina Gómez Pérez

22 septiembre 2021

AÑO NUEVO: ser auténtico

Ayer, mire al pasado.

Tuve en mis manos

mi historia y recordé

que, hace 43 años,

seguía con vida y era más viejo.

Pequeños destellos de mi infancia

prendían y apagaban

como luces en navidad.

Me di cuenta de que eso,

también era la vida:

un montón de pasajes efímeros

que en su momento fueron

anclas para seguir viviendo

y no mudarme al sinsentido.

Ahora, esos recuerdos,

faltos de forma material

y huérfanos del tiempo,

me exigen que respete

mi esencia, esa con la que fui tocado al nacer

y continuar el año 44.

Hoy, 6 de julio, es mi aniversario número 44.

A mis 88 años, deseo recordar este momento

como una victoria, a mi favor, contra la demencia

y un momento de reflexión para decirme:

“hasta aquí, vamos bien, has sido tú mismo”.

6 de julio 2022

Improntas

En la prepa Autlán,

donde cruzan, entre nosotros,

de forma invisible:

sueños, ideales,

romances, ideas creativas

de la efervescente adolescencia,

ha brillado su espíritu, maestra Lore.

Con tal intensidad

que iluminó miles de senderos

oscurecidos por la ignorancia

y la falta de verdad.

Al dar luz,

hizo continuar esperanzas

por una vida mejor.

Su presencia, maestra Lore,

como maestra inquebrantable,

motivada siempre

por el servicio al prójimo,

logró, en cada clase, transformar

estos muros de cemento inerte

repletos de butacas muertas

en espacios vivos y creativos,

donde los estudiantes

supieron conectar con

los relatos de la historia

y el porvenir de sus vidas.

Ahora, que el reloj de arena

ha vaciado el último segundo

de su ser docente en activo

y el destino ha dicho: suficiente…

honramos su trayectoria profesional

teñida con un humanismo desmedido,

intenso y confrontativo.

Porque… así es su personalidad:

amable, caritativa, afable, sensible,

empática, condescendiente, solidaria…

y a la vez, frontal,

sin vacilaciones para defender lo que hay en el pensamiento

y el corazón. En una palabra, asertiva.

Dedicado a la Dra. Silvia Lorena B.S.

en el día de su jubilación de la Prepa Autlán (2022)

Vidente educativo

Maestro Mario:

un docente, químicamente compuesto,

de pensamientos y emociones paternales

que supo trasmitir mensajes de optimismo

para continuar en el camino de la historia.

Su mirada, tan singular,

apunta a los futuros que los demás no ven.

Porque es un vidente educativo, natural,

que le gusta anticiparse al fracaso

y vivir en la química de la felicidad.

Sus estudiantes, pequeños aprendices

de la nueva alquimia,

vieron conversar al maestro Mario

con Lavoisier y Pasteur.

No habrá más carrera por las olimpiadas

ni prisa por llenar formatos.

La mente ya no combinará elementos para enseñar

porque ahora, es tiempo de regresar al laboratorio

y diseñar otro experimento, en casa.

El camino que se ha recorrido

llevó a lo más alto de la montaña.

Pero no es el final,

aún quedan más cúspides que explorar.

Maestro Mario, siempre alegre,

jamás vencido y muchas veces

amado.

Dedicado a mi amigo, Mtro. Mario Pelayo Corona

en su jubilación de la prepa Autlán (2022)

Te dije sí

Te dije, sí, porque he creado un futuro

donde hay un hogar repleto de momentos felices.

Te dije, sí, con el corazón y

mis locas ganas de despertar contigo todos los días.

Te dije, sí, por los sueños que han tejido

nuestras almas cuando nos abrazamos

o nos decimos “te amo”, en la despedida.

Te dije, sí, porque pretendo ser feliz

lo que me resta de vida, contigo.

Te dije, sí, y lo volvería a decir ahora, mañana

y en todas las veces que te mire a los ojos.

Te dije, sí, con la voz del destino

que habita en mí, desde que te conocí.

Nos dijimos, sí, para ser: marido y mujer,

para compartir alegrías y penas,

para cuidar uno del otro,

para pagar la luz, el gas, el teléfono y el internet, juntos.

Pero, sobre todo,

para multiplicar la felicidad

y recorrer juntos el sendero de la vida.

José Carlos y Citlali, feliz viaje, y,

nunca dejen de decirse “Sí”.

17 de diciembre de 2022

Ing.Chema Santana, hasta pronto

Desde ayer, me siento disminuido,

desmembrado emocionalmente,

con recuerdos que vienen y van.

Me descubro sorprendido, una vez más,

por la visita de la muerte en mi familia.

Querido “Jóse”, “Gordo”, “Chema”,

quería que fuéramos ancianos, algún día,

y reunirnos, otra vez, en la presa de San José de Ávila.

Nuestros hijos estarían ahí,

sonriendo por las anécdotas vividas.

No será.

Ya te extraño. Te extrañamos profundamente.

Ahora que el ángel de la vida eterna te ha llevado,

encuentra a los tuyos y a los nuestros allá,

diles que somos felices, como lo fuiste tu.

Nosotros, nos las arreglaremos para continuar.

Costará… pero aprenderemos.

Seremos pacientes, para algún día, intercambiar sonrisas

en el reino de la paz.

Tu primo hermano, Jaime Gómez Castañeda.

27/ene/2023

Un pensamiento

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